viernes, 11 de septiembre de 2009

El estreñimiento o la prolongación de la dificultad

El estrés, pasar muchas horas frente al computador y comer pocos vegetales pueden ser las causas de una desregularización del ritmo intestinal, pero no necesariamente significa que se padece estreñimiento.
La frecuencia normal de los movimientos intestinales puede variar ampliamente, de tres al día (lo mejor, después de cada comida) a tres a la semana. Lo que es normal para una persona puede no serlo para otra. En general, sin embargo, una persona tiene estreñimiento si defeca heces duras menos de tres veces a la semana. En algunos casos esta personas también pueden tener cólicos abdominales o dolor.
Afortunadamente, unos pocos cambios de sentido común en el estilo de vida pueden aliviar y en algunos casos prevenir el estreñimiento: hacer más ejercicio, alimentarse con comidas ricas en fibra y beber muchos líquidos, especialmente agua.

Alarma por endurecimiento
No defecar todos los días no es lo mismo que estar estreñido. Tiene estreñimiento quien:
- Tiene deposiciones duras menos de tres veces a la semana.
- Con frecuencia siente dolor cuando defeca.
- Siente el abdomen hinchado o incómodo.

Causas
Normalmente los desechos de la digestión son expulsados a través de los intestinos mediante contracciones musculares.
En el intestino grueso, la mayor parte del agua y la sal en la mezcla son reabsorbidas porque son esenciales para muchas otras funciones corporales. Si mucha agua es absorbida o si los desechos se mueven muy despacio, la consecuencia puede ser el estreñimiento.
Varios factores pueden causar el desaceleramiento del ritmo intestinal, entre ellos el inadecuado consumo de líquidos, una dieta pobre en fibra, ignorar el llamado de la naturaleza, la edad, la inactividad física, la depresión, el embarazo, alguna enfermedad, incluso el estrés.
Muchos medicamentos, como los que se usan para tratar la enfermedad de Parkinson, la presión alta, algunos desórdenes cardíacos y la depresión, pueden causar estreñimiento. Esto también es cierto para la mayoría de los medicamentos narcóticos. El uso frecuente de laxantes a menudo agrava la situación y puede a la larga ser causa de estreñimiento.
En algunos casos poco comunes el estreñimiento puede ser una señal de otras enfermedades más serias como el cáncer colorrectal, problemas del corazón o fallas de los riñones.

Todos en riesgo
Las probabilidades de padecer estreñimiento son mayores en las personas mayores, los sedentarios, los encamados, los que tienen una dieta pobre en fibra o no toman líquidos suficientes. También tienen riesgo quienes toman ciertos medicamentos como sedantes, narcóticos o reciben quimioterapia.
Las embarazadas pueden tener episodios de estreñimiento porque su digestión se desacelera para que su cuerpo pueda extraer más nutrientes de la comida. Al final del embarazo la presión del útero en los intestinos también puede causar estreñimiento.
Es tiempo de ir al médico
Hay que ir al médico cuando se ha tenido recientemente un ataque inexplicable de streñimiento o cambio en los hábitos intestinales. También cuando hay algunos de los siguientes síntomas, que podrían señalar un problema de salud más serio:
- Deposiciones solo una o dos veces a la semana a pesar de cambiar la dieta y hacer ejercicio.
- Dolor abdominal intenso.
- Sangre en la materia fecal.

Exámenes y diagnóstico
El diagnóstico de estreñimiento depende de la historia médica personal y de los resultados de un examen físico. Lo primero que hace el médico es descartar problemas como obstrucción intestinal, enfermedad endocrina (como el hipotiroidismo) o desarreglos electrolíticos (como exceso de calcio en la sangre). Es bueno contarle al médico qué otros medicamentos se están tomando, pues ellos pueden ser la causa.
A veces son ordenados algunos exámenes de reconocida incomodidad como pruebas de laboratorio (coprológico), enemas o colonoscopias.

Casos graves y complicaciones
El estreñimiento, aunque puede ser extremadamente molesto, casi nunca es serio. Si persiste y si hay dolor al defecar, la persona podría desarrollar hemorroides y fisuras en el ano.
El estreñimiento muy severo o crónico algunas veces puede causar impacción fecal, acumulación de heces secas y endurecidas en el recto o en el colon que no pueden ser eliminadas con los movimientos intestinales normales. Esto puede ser muy peligroso, incluso mortal; esa materia fecal debe ser removida manualmente por personal médico.
Quienes usan laxantes con frecuencia pueden llegar a tener problemas, entre ellos la pobre absorción de vitaminas y nutrientes, la pérdida excesiva de agua, sodio y potasio, daño al tracto intestinal y empeoramiento del estreñimiento.

Formas de alivio
Los cambios en el estilo de vida representan la mejor y más segura opción para manejar el estreñimiento. Para manejar los síntomas, es bueno usar un suplemento de fibra natural pues estos ablandan la materia fecal y se pueden usar todos los días. Cuando se toma el suplemento, también se debe tomar agua suficiente durante el día, de lo contrario aquel puede agravar la enfermedad. Además hay que añadir fibra a la dieta paulatinamente para evitar problemas de gases.
A veces los médicos recetan remedios que cumplen esta función, como aceite mineral, para facilitar el recorrido de las heces por los intestinos; sin embargo, estos remedios no se deben usar con frecuencia porque pueden causar otros problemas. Los aceites minerales interfieren con la absorción de vitaminas y pueden ocasionar una peligrosa forma de neumonía si son inhalados o de alguna forma llegan a los pulmones; por eso no se pueden consumir tales aceites justo antes de acostarse.
Las embarazadas no deben tomar laxantes sin antes consultar con su médico. Es mejor que consuman comidas que contengan fibra. Es buena idea revisar las etiquetas de las comidas prefabricadas porque no todas son ricas en fibra a pesar de lo que promocionan. También deben tomar muchos líquidos y hacer ejercicio. Las que están tomando suplementos de hierro deben tener presente que este causa estreñimiento a algunas personas.

Para cerrarle el paso al estreñimiento
- Comer con un horario regular: se deben preferir las comidas ricas en fibra, incluidas las frutas frescas, los vegetales y los panes y cereales de granos completos. Hay que experimentar para ver cuál fruta o vegetal tiene efecto laxante (eso varía de una persona a otra). Algunas de estas variedades de comida producen gases, así que es mejor ingerir cantidades moderadas.
- Limitar las comidas problemáticas: entre estas están las que tienen mucha grasa o azúcar. También es bueno disminuir el consumo de lácteos pues pueden agravar el estreñimiento, especialmente en los niños.
- Tomar muchos líquidos: ¿Cuánto es mucho? Los expertos hablan de un mililitro por cada caloría quemada. Esta escala no es apropiada para las mujeres embarazadas o lactantes, bebés, niños y ancianos que no son saludables. La recomendación para el hombre promedio, que quema aproximadamente 2.900 calorías al día, es de 2.900 mililitros de agua. Eso es poco menos de tres litros o 12 vasos. La mujer promedio quema unas 2.200 calorías al día, es decir, debe tomar 2.200 mililitros de agua o dos litros largos, ó 9 vasos. Parece mucha agua, pero no se trata de llenar tantos vasos hasta arriba y beberlos. La comida sólida tiene agua. En una dieta corriente la comida proporciona de 3 a 4 vasos de agua, así que eso se le puede restar a los 9 ó 12 que hay que tomar. Los hombres queman más calorías y necesitan más agua porque generalmente son más grandes que las mujeres y tienen más tejido muscular.
- Aumentar la actividad física: al menos 30 minutos de actividad física al día, esa es la recomendación general. Esa media hora puede ser caminando a buen paso, montando en bicicleta o nadando.
- Atender el llamado de la naturaleza: entre más se aplaza la ida al baño una vez que se siente la necesidad, más agua es absorbida de las heces y estas se hacen más duras.
- Los suplementos de fibra: es bueno pedirle una recomendación al médico sobre los medicamentos de venta libre que pueden ayudar a suavizar las heces. Quienes toman suplementos de fibra deben beber de 8 a 10 vasos de agua al día, de lo contrario el medicamento puede causar estreñimiento o empeorarlo en quienes ya lo padecen.
- No vivir a punta de laxantes: muchos de estos remedios lo que hacen es irritar las paredes de los intestinos para producir la deposición. Su uso habitual puede causar daño y empeorar el estreñimiento. Para el alivio ocasional es mejor usar productos como la leche de magnesia, pero hay que tener en cuenta que el uso prolongado, aun de estos, puede ocasionar dependencia. A los niños con estreñimiento es bueno darles mucho líquido, pero evitar los laxantes, a menos que hayan sido recetados por el médico.

ANTES DE LA COMPETICIÓN RECUERDA QUE...

1. Nunca pruebes nada nuevo antes de una competición. Es una regla de oro.
2. No te fíes de lo que te diga tu mejor amigo. Puede que a tu amigo del alma la leche le siente mal, pero si a ti te sienta bien, ¿por qué dejar de tomarla?
3. Lleva un diario. Apunta durante un mes lo que comes cada día y a qué hora, y también escribe sobre tus entrenamientos, el tiempo que has hecho, las sensaciones y especialmente si has tenido problemas digestivos. En menos de un mes te habrás dado cuenta de cuáles son los alimentos que te sientan mal.
4. Investiga por tu cuenta con los alimentos. Aprende, lee, escucha... Hazte experto en nutrición y empieza a experimentar con tu cuerpo.
5. Respeta la regla de las 3 horas. Siempre que vayas a correr intenta dejar un tiempo prudencial para hacer la digestión.
6. Sigue un horario para comidas. Muchos problemas digestivos se arreglan cuando se sigue una rutina y se toman 5 comidas al día, siempre a la misma hora.
7. Evita tanto el hambre como el exceso en la mesa. Comer lo justo con moderación es una sana costumbre para evitar problemas digestivos.
8. Come poco y cena temprano, si quieres llegar a anciano. Procura cenar ligero (verdura cocida, ensalada, yogur o fruta) dos horas antes de irte a la cama para que haya tiempo suficiente para hacer la digestión.
9. Bebe con moderación. Algunas personas beben tal cantidad de agua y líquidos que acaban provocándose un problema digestivo.
10. Olvídate de los estimulantes. La cafeína del café puede ser la responsable de tus diarreas matutinas, ya que aumenta la secreción de ácido en el estómago. Sustituye el café por té verde.

Los efectos de los alimentos cuando corres

Cada persona es diferente y lo que a uno le sienta fenomenal a otro le va fatal. Está claro, pero sólo hay una forma de conocer las reacciones que producen los alimentos cuando corres; probarlos

Estas tres listas que tienes a continuación reúnen los alimentos por grupos, desde los que son menos problemáticos y no suelen dar problemas a los que suelen causar digestiones pesadas en la mayoría de las personas. ¡Eso no quita que a ti te vayan fenomenal y que puedas correr un maratón después de comerte un cocido completo! Utiliza la cabeza y come con la cabeza lo que se digiere en el estómago.

Los más digestivos:

PATATAS Las cocidas o al horno con su piel son una fuente de hidratos de carbono muy adecuada para los que corremos.
VERDURAS La mayoría de las cocidas se digieren bastante bien, aunque hay personas que no las toman nunca porque piensan que les provocan gases. Esto suele ocurrir por la falta de costumbre, una vez que se empiezan a tomar el sistema digestivo las tolera bien. Las mejores son las espinacas, repollo, coliflor, brécol, calabacines, pepinos, puerros y calabaza.
ENSALADAS Ocurre lo mismo que con las verduras, pueden ocasionar gases si no se toman habitualmente. Las más digestivas son las de berros, espinacas, canónigos, rúcula y algunas lechugas.
ZANAHORIAS Son una buena fuente de hidratos de carbono que se digieren muy bien. Crudas son una reserva de fibra que evita el estreñimiento y cocidas ayudan a eliminar la diarrea. Además aportan beta carotenos que protegen las mucosas intestinales.
LAS FRUTAS La pera, piña y papaya. Los antropólogos dicen que nuestra dieta básica es frugívora y por eso ninguna fruta está contraindicada. Si tienes molestias con las frutas intenta comerlas sin piel y/o en batidos recién hechos o asadas al horno, pero no debes dejar de tomarlas; de 3 a 5 piezas cada día.
GERMINADOS Son poco habituales pero se utilizan en ensaladas. Son una fuente de vitaminas y minerales que reúnen lo mejor de las semillas y de las verduras y contienen enzimas digestivas. Se pueden hacer en casa y los más habituales son los germinados de soja, lentejas y alfalfa.
QUESOS FRESCOS O blancos, requesón, tipo Burgos, mascarpone, ricotta, etc., aportan lo mejor de la leche con poca grasa y poca lactosa.
YOGUR NATURAL FRESCO Se debe tomar a diario, especialmente si tienes problemas digestivos. Siempre ha de ser natural y fresco (de los que necesitan nevera) porque es el que contiene bacterias vivas que ayudan a la digestión.
AGUA MINERAL El agua del grifo suele ser muy buena, pero si tienes problemas digestivos es mejor evitarla y tomar agua embotellada sin gas. Especialmente cuando viajas a otra ciudad para participar en una carrera y no sabes si el agua de ese lugar te va a ir bien. Cuando estes en casa lo mejor es obtener el agua a traves del "eSpring" el mejor aparato de tratamiento del agua potable con luz ultravioleta y filtros de carbono prensados. (mas información en e-mail: genial_hotmail.es)
ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA Es una grasa sana con efectos antiinflamatorios. Puedes tomar unas 5 cucharadas al día, 3 si tienes problemas de peso. Recuerda que el mejor aceite es el virgen extra que se extrae directamente de las aceitunas en la primera presión y sin procedimientos químicos.
FRUTOS SECOS Con cáscara son una buena opción para los tentempiés entre horas; una fuente de ácidos grasos insaturados que ayudan a reducir la inflamación y mejoran la digestión si se mastican bien. Recuerda comprar siempre frutos secos con cáscara (nueces, almendras, avellanas, etc.) y sin tostar para evitar los aditivos químicos.
HIERBAS Y ESPECIAS La mayoría tienen una función digestiva, no sólo un sabor peculiar. Reduce la sal en las comidas y condimenta tus platos con perejil, cebollino, mejorana, tomillo, orégano, eneldo, mostaza, comino, pimienta y pimentón.

¿Qué hacer cuando hay un niño obeso en casa?


La obesidad infantil es un problema que está especialmente extendido entre la población latina. Pero a pesar de ser un problema de salud sobre el que hay que actuar lo antes posible, la obesidad en los niños no se puede tratar de la misma forma que se trata la obesidad de un adulto puesto que los niños se encuentran en una etapa de crecimiento.

Precaución con las dietas

La obesidad de un niño es algo que se desarrolla a lo largo del tiempo. Sin embargo cuando los niños obesos empiezan a ir a la escuela, y comienzan a ser el objeto de las burlas de sus compañeros, suele ser el momento en el que muchas familias deciden actuar sobre el problema.

La primera reacción de los padres preocupados es poner a su hijo "a dieta” o restringir la cantidad de comida a la que tiene acceso. Este método presenta problemas por varias razones. Por una parte los niños están en una etapa de crecimiento y para seguir desarrollándose necesitan contar con una serie de nutrientes esenciales que les aportan ciertos alimentos. Por otro lado, poner a un niño "a dieta" con menos comida, o con una comida diferente a la del resto de la familia, no suele dar mucho resultado porque les crea más ansiedad y destaca aún más su problema.

Si considera que su hijo está obeso lo más recomendable es acudir primero a su doctor para ver en qué estado de salud se encuentra y si ha empezado a desarrollar alguna enfermedad relacionada con su sobrepeso. En caso de que su pediatra no le pueda ofrecer un asesoramiento nutricional completo, como por ejemplo crear una estrategia para mejorar la alimentación de su hijo, pídale una referencia a una nutricionista que podrá trabajar más directamente con usted para obtener resultados.

La obesidad infantil es un asunto familiar

Es difícil cambiar los hábitos de alimentación una vez que se han establecido durante años, y es más difícil todavía cambiarlos en solitario. Por eso si quiere que los cambios que tenga que realizar su hijo en su alimentación sean efectivos, debe tomarse el problema como un asunto de familia. Después de todo, mejorar su dieta también beneficiará al resto de los miembros de su familia.

Idealmente, la forma de tratar un problema de obesidad infantil no es poner al niño a dieta, sino mantener el peso con una alimentación saludable a la espera de que en su próximo "estirón" se vayan equilibrando el peso y la altura.

Para iniciar una forma efectiva de comer más saludable en su familia hágalo en pasos graduales. Elimine las comidas problemáticas primero, como los dulces, sodas azucaradas, cereales con mucho azúcar y vaya haciendo una transición a productos más sanos. Empiece a cocinar de una forma diferente al vapor o a la plancha para eliminar grasas e introduzca poco a poco más frutas y verduras.

Esta aproximación le resultará más efectiva que empezar abruptamente a “comer diferente” porque esto podría producir rechazo en todos. Es mucho más efectivo introducir un pequeño cambio saludable al mes, pero que definitivamente sea adoptado como un hábito, que empezar de forma muy aparatosa una "nueva forma de comer" para volver a las antiguas costumbres en un mes.

Haga que su hijo participe en el proceso de adaptación

Si su hijo es parte de las decisiones que se tomen para que sus comidas y su forma de vida sea más saludable, le resultará más fácil aceptarlas porque no las verá como una imposición.

Llévelo con usted al supermercado, cocinen juntos, sirvan la mesa juntos, hablen de los alimentos y de los beneficios de comer más saludable. No enfoque el problema como un exceso de peso, ni se enfoque en las comidas que "engordan" o "no engordan" porque esto puede ser el inicio de los trastornos de la alimentación. Hable de alimentos y costumbres saludables, o no tan saludables.

Y trabaje también con su hijo para que introduzca el ejercicio en su vida, tanto de forma individual, como en familia. Los resultados de estos cambios le alentarán a seguir adelante ya que educar a su hijo para vivir de una forma saludable es una de las mejores cosas que puede hacer por él.